Una candidata diferente
Vine a los Estados Unidos a la edad de 13 años. En los años 80 mi padre y yo huimos de la guerra civil en El Salvador. Nos mudamos con frecuencia, ya que él tuvo que trabajar en cualquier empleo que hubiera disponible, y yo estuve indocumentada durante 4 años. Sin embargo, venir a los Estados Unidos significó que yo tuve la oportunidad de obtener una educación y eventualmente formar parte de una comunidad a la que le puedo servir.
Durante 23 años he defendido a los pobres en mi capacidad de abogada. Ahora, me he postulado para Juez porque todas y cada una de las personas merecen la oportunidad de ser tratadas con igualdad ante los ojos de la ley sin importar sus circunstancias. Esto quiere decir asegurar que nuestros tribunales locales reflejen nuestros valores, tratar a cada individuo como un ser humano y enfocarnos en resultados que impartan justicia y nos den seguridad a largo plazo.